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Si consideramos los objetivos de negocio como algo que nos permite avanzar hacia una meta, podremos comprender la importancia que reviste tenerlos claros. Así como ocurre en nuestra vida personal, también dentro de la dinámica de un negocio es fundamental fijarlos para delinear el camino, anticipar obstáculos y allanar el sendero hacia el éxito.

Aunque a primera vista definirlos puede parecer una tarea simple y hasta obvia, es una cuestión que tiene diversos matices que no siempre se contemplan, y eso puede acarrear serios problemas que podrían evitarse con una adecuada planificación. En este post, te contamos todo lo que necesitás saber para realizar esa labor crucial para cualquier emprendimiento comercial. Así que, sin más demora, ¡empecemos a recorrer este tema!

¿Qué Son los Objetivos de Negocio?

Los objetivos de negocio u objetivos empresariales son, en síntesis, los resultados concretos y medibles que una empresa espera alcanzar en un período de tiempo determinado. Estos objetivos pueden ser financieros, de ventas, de marketing, o de cualquier otra área relevante dentro de la operatoria de la empresa.

Los objetivos de una empresa deben poder expresarse de manera precisa, y ser fáciles de comunicar y memorizar. Asimismo, es aconsejable que cada objetivo empresarial contenga los siguientes elementos clave para ser efectivo:

  • Una intención clara y orientada al crecimiento, como ampliar la base de clientes o mejorar la eficiencia operativa.
  • Uno o más pasos concretos que deben llevarse a cabo para alcanzar ese objetivo, como desarrollar un nuevo producto o automatizar un proceso interno (te recordamos que hoy en día, para facilitar esto último, contamos con herramientas de automatización como Zapier).
  • Una medida específica, que a menudo se expresa con un porcentaje. Por ejemplo, aumentar el número de nuevos clientes en un 20% o reducir los costos operativos en un 15%.
  • Un plazo definido para alcanzar el objetivo, como los próximos seis meses o el final del año en curso.

Además, los objetivos de negocio están estrechamente relacionados con el plan de marketing de una empresa. El plan de marketing debe estar alineado con esos objetivos, y debe ser diseñado para ayudar a la organización a alcanzarlos.

Diferencia entre Objetivos y Metas Empresariales

Existe una confusión que resulta muy común, y es la de utilizar de manera indistinta los conceptos de objetivos y metas de negocio. Si bien en el lenguaje coloquial “objetivos” y “metas” pueden ser equiparables, no ocurre lo mismo en el terreno comercial. Mientras que un objetivo empresarial es una acción puntual a realizar en un lapso temporal definido, una meta empresarial es el crecimiento específico al que la empresa apunta a largo plazo, y los objetivos están al servicio de alcanzar esa meta.

Por su parte, los objetivos de negocio pueden ser generales o específicos. Si alguna vez elaboraste una tesis o cualquier otro tipo de trabajo académico similar, sabrás que es importante delimitar ambos tipos de objetivos. ¿Por qué? Porque los objetivos específicos se derivan de los generales y es necesario cumplirlos para alcanzar los objetivos generales, y detallarlos es imprescindible para crear un recorrido eficaz. Podríamos definir a los objetivos específicos como una serie de pasos que debemos atravesar de forma obligatoria para llegar a ese destino que representan los objetivos generales.

Tipos de Objetivos de Negocio

Aquí, debemos comenzar por aclarar que no existe una única manera de clasificar los objetivos de negocio. Por lo general, cada empresa establece su propia división de objetivos. La distinción primaria sería la que separa a los objetivos generales de los específicos: desde esta perspectiva, los objetivos generales serían los relacionados con la estrategia del negocio y los específicos, los vinculados con lo táctico. Es decir que estos últimos serían acciones concretas que se desprenden de un planteamiento estratégico.

También podemos encontrar otro tipo de ordenamiento: el cronológico. En este caso, podemos hablar de objetivos a corto o mediano plazo y objetivos a largo plazo, que puede llevar años ejecutar. Aunque no siempre es así, lo más frecuente es que los objetivos a largo plazo se correspondan con los objetivos estratégicos; y los objetivos a corto plazo, con los tácticos.

Por ejemplo, uno de los objetivos estratégicos de una empresa puede ser el de aumentar la satisfacción de sus clientes y convertirse en un referente dentro de su rubro en esa área en el largo plazo. Para lograrlo, dicha empresa puede establecer —entre otros— el objetivo táctico de implementar, en un plazo máximo de un mes, un sistema de atención al cliente las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Luego, como vimos al definirlos, también es posible categorizar los objetivos de negocio en función de las áreas de la empresa a las que involucren. De esa manera, y solo por mencionar algunas alternativas, es posible hablar de:

  • Objetivos financieros, como aumentar los ingresos, reducir los costos, maximizar los beneficios y mejorar el flujo de efectivo.
  • Objetivos de marketing, entre los que podemos encontrar potenciar la visibilidad de la marca, mejorar su reputación, atraer nuevos clientes y fidelizar a los existentes.
  • Objetivos de ventas; por ejemplo, el de aumentar la venta de un producto o servicio en un porcentaje determinado.
  • Objetivos de comunicación; aquí, un caso concreto podría ser el de incrementar el número de menciones de la marca en medios de comunicación.

Ejemplos de Objetivos Empresariales

Si bien, como acabamos de ver, en el plano teórico se puede realizar una clasificación de objetivos, cuando eso se lleva a la práctica la realidad es diferente. Esto obedece, por un lado, a que la consecución de un objetivo puede involucrar tanto acciones a corto como a mediano y largo plazo. Y, por otro, a que un objetivo puede (y suele) afectar a varias áreas que interactúan de manera sinérgica, como el marketing y la comunicación. Asimismo, los objetivos financieros pueden influir sobre el presupuesto asignado a objetivos ajenos a ese sector.

Por eso, aunque los objetivos se formulen de manera simple, su trasfondo es bastante más complejo. Algunos ejemplos de objetivos empresariales podrían ser:

  • Aumentar las ventas online en un 20% en el transcurso de un año.
  • Incrementar el número de seguidores del conjunto de sus redes sociales en un 30% a lo largo de un semestre.
  • Reducir los costos operativos en un 10% al cabo de un trimestre.
  • Abrir una sucursal en una nueva ciudad en el plazo de nueve meses.
  • Crear una tienda ecommerce en un tiempo máximo de dos meses (y, si de verdad te planteás ese objetivo, recordá que en Conecta361 creamos las mejores tiendas ecommerce de Uruguay😉).

¿Cuáles son los Beneficios de Establecer Objetivos de Negocio?

Si tuviéramos que resumirlo en una sola frase, definir objetivos de negocio aporta el beneficio de invertir de manera estratégica los recursos de los que dispone una empresa para lograr maximizar el retorno de esa inversión todo lo que sea posible. Pero, para verlo de una manera aún más clara, los objetivos de negocio son esenciales dentro de cualquier emprendimiento comercial, ya que permiten:

  • Contar con una hoja de ruta precisa para el crecimiento de la empresa.
  • Orientar cada acción realizada, desde las más pequeñas a las de mayor alcance, en una dirección clara y definida.
  • Alinear a todo el equipo en pos de alcanzar un objetivo común, lo que a su vez puede generar una mayor motivación para realizar sus tareas, fortalecer su compromiso y elevar su productividad y la calidad de su desempeño.
  • Facilitar la evaluación del progreso de la empresa, ya que los objetivos deben ser medibles; y, por lo tanto, los indicadores que permiten esa medición tienen que estar definidos con mucha precisión.
  • Identificar las áreas en las que un negocio necesita mejorar.

¿Cómo Definir los Objetivos Empresariales?

Para establecer objetivos de negocio efectivos, es necesario seguir algunos pasos clave. En primer lugar, es imprescindible que tengas muy definida la misión y visión de tu empresa. Recordemos brevemente la diferencia entre ambos conceptos: la misión es el “porqué” del origen de la empresa, su razón de ser; mientras que la visión representa sus aspiraciones a futuro.

A continuación, es necesario profundizar aún más en el análisis hacia el interior y el exterior de tu negocio. Es decir, identificar las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas mediante un análisis FODA. Una vez que sepas dónde estás parado en términos de ubicación en el mercado y de herramientas para moverte a través de él, es el momento de hacer una lista de tus objetivos.

En esta instancia, puede resultarte útil aplicar el marco OKR (Objectives and Key Results, por sus siglas en inglés), una metodología de gestión que se utiliza para establecer y alcanzar objetivos dentro de una empresa. Sigas el método que sigas, te aconsejamos que, sin excepción, tus objetivos de negocio respondan al modelo de objetivos S.M.A.R.T. En otras palabras, los objetivos que te plantees deben ser medibles, alcanzables, relevantes y posibles de alcanzar dentro de un lapso temporal definido.

Por otra parte, al crearlos, es importante también que tomes en cuenta la opinión de todas las personas del área a la que esos objetivos atañen, porque su visión ayudará a no pasar ningún detalle crítico por alto y a definir objetivos realistas. No obstante, que sean realistas no implica que no deban ser lo suficientemente ambiciosos como para inspirar a tu equipo a trabajar duro para lograrlos.

Cuando los objetivos hayan sido establecidos, es momento de:

  • asignar responsabilidades claras a las personas que deban intervenir en su ejecución,
  • establecer un cronograma secuencial de las fechas de inicio y finalización de cada acción necesaria para cumplirlos,
  • y evaluar los recursos necesarios para alcanzarlos.

Finalmente, deberás realizar un seguimiento regular del progreso y corregir eventuales desvíos (o alterar el rumbo adrede si el curso de acción seguido demuestra no dar los frutos previstos).

Tips para Alcanzar los Objetivos de Negocio

Para alcanzar los objetivos de negocio de tu empresa, es importante seguir algunos consejos clave:

  • Comunicar claramente los objetivos y la estrategia a todos los colaboradores de la empresa.

Por supuesto, las personas y áreas responsables de un determinado objetivo deberán conocer los propios; pero es importante también que todo el equipo tenga un panorama global para ayudarse entre sí.

  • Establecer un plan de acción detallado para alcanzar cada objetivo, que incluya cada pequeño movimiento a dar para poder llegar a la meta deseada.

Un objetivo ambicioso puede parecer amenazante, pero no lo es tanto cuando se desglosa en un “paso a paso” o, lo que es lo mismo, en acciones más pequeñas y menos “atemorizantes”. Además, este approach ofrece la ventaja de que te permite hacer un seguimiento más cotidiano de las tareas a realizar y corregir errores antes de que se produzca un efecto “bola de nieve” negativo que hubiera podido evitarse.

  • Celebrar los logros y reconocer el esfuerzo y el trabajo duro de todas las personas involucradas para alcanzarlos.

Detrás de cada gran objetivo alcanzado, por lo general, hay un gran trabajo. Darse un respiro para festejarlo suele ser un incentivo para recargar las energías e ir a por más.

  • Aprender de los errores y fracasos, y hacer ajustes en la estrategia y objetivos en la medida en que sea necesario.

Parafraseando lo que dijimos en el punto anterior, detrás de cada gran éxito suele haber pequeños (o enormes) fracasos. En la mayoría de los casos, el éxito no es un camino lineal, y quienes finalmente lo obtienen lo saben, y aceptan los inevitables tropiezos con los que se enfrentarán. Lo que caracteriza a aquellos negocios que conquistan sus objetivos es que aprenden de sus fracasos para refinar sus procesos y no tropezar dos veces con la misma piedra.

Recomendaciones Finales

Todas las sugerencias adicionales a las que te dimos en este post pueden resumirse en una “regla de oro”, y es la que te contamos a continuación. En el camino hacia tus metas, quizá descubras que un objetivo no resultaba tan relevante para el éxito a futuro como parecía al momento de fijarlo. Si ese es el caso, recordá que el camino de cada negocio es único y nada (pero nada) está escrito en piedra. Sin duda es un valor ser perseverante; pero entre la perseverancia y la obstinación, a veces, hay una línea muy delgada y, cada tanto, es necesario tomarse un tiempo para determinar de qué lado de esa frontera estamos.

Cada día es una flamante oportunidad de barajar y dar de nuevo; y todos, tanto en lo personal como en lo empresarial, tenemos la opción de ser mejores a diario y de redefinir el rumbo tantas veces como sea necesario. En el caso puntual de los negocios, lo importante es mantenernos enfocados en los objetivos a largo plazo y estar alineados con la misión y visión de la empresa a la hora de iterar o pivotar.

Por otra parte, si bien alcanzar los objetivos de negocio es un gran logro, la vida empresarial es un desafío incesante. Recordá que la consecución de un objetivo no debe ser vista como un punto de llegada, sino como un paso más en el camino. Es esencial reflexionar sobre lo aprendido en el proceso y aplicar esas lecciones en futuros proyectos. Además, es fundamental establecer nuevos objetivos que permitan a la empresa continuar avanzando y evolucionando en el mercado.

Al seguir este ciclo de aprendizaje y establecimiento de nuevos objetivos, aumentan las chances de que el crecimiento sea constante y sostenible. Y, si querés potenciar ese crecimiento aún más, aquí estamos para ayudarte y despejar tus dudas. 🙂

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